1. El centro de formación reconoce y cumple con la normativa legal aplicable y no discrimina a ninguna persona por motivos de etnia, fe, género o cultura.
  2. Como expresión de la vida cultural libre, no se basa en el interés propio o el beneficio personal.
  3. Cuenta con una estructura organizativa clara, definida y efectivamente implementada.
  4. Tiene políticas y procedimientos de admisión, inscripción, matrícula y finalización del programa claramente articulados.